Instituto de Oncología “Dr. Heriberto Pieter” abrirá las puertas a su nuevo Centro de Diagnóstico Especializado Dr. Joaquín Balaguer, que funcionará en lo que fue el hogar del extinto expresidente de la República, Joaquín Balaguer, ubicado en la avenida Máximo Gómez, en el Distrito Nacional.
La nueva infraestructura, está en su fase final de instalación de equipos y ofrecerá un amplio espacio para la prevención temprana del cáncer. Es un paso firme en la misión que, desde su fundación, hace ya casi 80 años, impulsa la Liga Dominicana Contra el Cáncer, la de ser pioneros en la lucha nacional contra la enfermedad que cada año causa la muerte a millones de personas en todo el mundo.
“Lo que tratamos es de organizar más, tener mucho más espacio y mucha más capacidad que la que tenemos ahora para ese paciente que viene por primera vez. Inicialmente estará el área de ginecología, pero con el tiempo, iremos viendo las diferentes necesidades que se tendrán”, expone Julia Guerra de Oller, presidenta de la Liga.
El Centro de Diagnóstico constará de once consultorios, equipos modernos de laboratorio y rayos x, con énfasis en el cáncer cérvico-uterino. Además del área de triage, consultas e imágenes, que permitirá desconcentrar el servicio que hasta ahora ofrecen en la sede del Oncológico, ubicado en la avenida Correa y Cidrón, zona universitaria, la nueva instalación ofrecerá los servicios de mamografía, sonografía, laboratorio, resonancia magnética, colposcopia y biopsia, entre otros estudios.
El tratamiento y seguimiento de los casos positivos continuará ofreciéndose en el hospital, además de la unidad de diagnóstico de cáncer de mama, con los servicios regulares de mamógrafos digitales, tomosíntesis, resonancia para pacientes que no se puedan desplazar hasta la Máximo Gómez.
“El proyecto es que el paciente pueda realizarse todas las pruebas exploratorias, pruebas básicas, para uno poder decir que está haciendo detección temprana”, explica a su vez, la doctora Rosa Haydeé Vassallo Veras, directora médica del Heriberto Pieter.
La doctora insiste en la importancia de la detección temprana para evitar la alta mortalidad del cáncer.
Haciendo uso de datos de estudios internacionales, la doctora señala que, en promedio, en América Latina, los pacientes de cáncer duran un periodo de 60 días o más para pasar llegar a la consulta, desde que se siente un síntoma. En países más desarrollado, ese tiempo es de apenas dos semanas.
La tardanza entre los latinos, lleva a que los países de la región no puedan exhibir las estadísticas que hablan de que un 89 % de los cánceres de mama se cura.
En el caso de República Dominicana, la mortalidad está por encima del 50 % (según Globocan) y la realidad es que la mayoría de los pacientes llegan en estado avanzado de cáncer, en etapas 2 y 3, lamenta la doctora Vassallo Veras.
“Hay tres etapas en el ciclo del cáncer: desde que se siente el síntoma, cuando se llega a una institución de salud y cuando se inicia el tratamiento… y esas tres etapas influyen en la mortalidad del paciente. Si logramos minimizar el tiempo en esas tres etapas, esas mujeres tendrán muchas más posibilidades”, destaca.
Las cifras más actuales de incidencia de cáncer que tiene el Oncológico se refieren a su Registro Hospitalario de Tumores publicado en 2018. Para ese año, había un total de 2,859 casos de diferentes tipos de cáncer.
A nivel general, el cáncer de mama fue el más frecuente, con 669 casos, igual al 29 % del total. Ese porcentaje subió al 48 % entre los tumores que afectaron a las mujeres, seguido del de cérvix que representó el 16 %, con 22 casos en total.
La próstata se alzó con el 47 % entre los tipos de cáncer con más incidencia en los hombres.
En el caso específico del cáncer de mama, solo 24 casos estaban en estadios 0 y I (fases iniciales), y la mayoría, con 238 casos, estaba en estadio III (fases avanzadas de la enfermedad).
Los retrasos en el acceso a la salud en los dominicanos, la doctora Vassallo Veras los atribuye a factores culturales y económicos, así como a la negación a aceptar que se padece cáncer. Insiste, sin embargo, en la prevención, consciente de que, cuando el cáncer se detecta a tiempo, gracias al chequeo regular, las posibilidades de sobrevivir aumentan considerablemente.
Asistencia gratuita
Desde la Liga Dominicana Contra el Cáncer, gerente del Oncológico, un equipo de más de 25 voluntarios se afana, día a día para que la población necesitada reciba los servicios de calidad que demandan, aun cuando no dispongan de los recursos para asistirse con una enfermedad cuyo tratamiento se estima en más de RD$4 millones.
“Lo importante es que queremos siempre darle, ofrecerle al paciente que viene aquí, un servicio de calidad, actualizado y seguir siendo el hospital referente”, comenta Guerra de Oller.
Ello implica la capacitación constante del personal, de manera que cada uno debe mantenerse actualizado en los últimos avances en el tratamiento de cáncer, dice.
Resalta que son el único laboratorio certificado a nivel hospitalario, igual que lo están su banco de sangre y su unidad de patología. Destaca, además, que el bajo costo de los procedimientos, comparado con otras instituciones privadas del país.
“Los precios nuestros son precios bastante bajos, mucho más económicos que otros lugares. Una consulta puede costar 300 pesos, y no se cobra copago. Además de que, a quien no puede pagar, no se le cobra. Esto es importante que se sepa, porque muchas veces nos ven como una institución privada, porque lo somos, pero manejada por un patronato, voluntario”.
Guerra de Oller, voluntaria de la Liga, recuerda que, como ocurrió con otras actividades nacionales, por la pandemia en 2020 tuvieron que limitar algunos servicios, y establecer citas espaciadas para evitar el contagio del coronavirus.
Al Oncológico asisten diariamente unos 2 mil y 3 mil pacientes, alrededor de 300 mil al año, que procuran la realización de chequeos y que, por fortuna, no todos están positivos a cáncer, sino que es parte de la misión de prevención en salud que tiene como misión el instituto.
Aunque el número bajó en 2020, cuando la asistencia llegó a 226 mil 525 pacientes, en lo que va este 2021 la cifra empieza a elevarse a nivel de 2019.
Del total, entre 2 mil 200 a 2 mil 500 son pacientes nuevos con cáncer, un promedio que se ha mantenido cada año, explica, a su vez, la doctora Rosa Haydeé Vassallo Veras.
“Esa cifra la hemos mantenido desde el (19)98. Aproximadamente. Desde el primer año fue debajo de 1,000, pero después de ese año comenzó a subir y, desde el 2009 o 2010, ya se puso en ese rango”, rememora.
Seguimiento continuo e integral
Rosa Ivanovna Valera, tesorera de la Liga Dominicana contra el Cáncer, habla del seguimiento que, desde el Departamento de Trabajo Social, les dan a los pacientes. “No se trata de darle hoy la medicina, sino asegurar que, después que te prometí ayudarte, hacerlo hasta el final. Pero no me faltes, pues si el departamento se da cuenta de que el paciente no vino a su cita, le llama para que vuelva”.
“Como somos voluntarios que administramos este hospital, lo mismo que a la Farmacia Milagros de la Caridad, pues hemos sido mucho más eficiente en la administración para sacar recursos para poder ayudar. Y eso es parte de nuestra satisfacción, el poder administrar los recursos”.
Además de cobrar a aquellos pacientes que pueden pagar, la Liga Trabaja con las donaciones que reciben, aunque no llegan todas las que esperan.
Marta Rosario, Senior del Centro de Gestión de Usuario y Trabajo Social de la LDCC, explica cómo todos los pacientes terminan recibiendo la ayuda de servicio del Oncológico.
“El paciente que inicia hoy, con su seguro, con el millón de pesos de alto costo, es probable que en los primeros cinco meses no necesite (ayuda), pero cuando se agota esa cobertura, pasa por el departamento. Se hacen las evaluaciones sicosociales de cada persona, su entorno y red de apoyo, pues, incluso esos recursos se agotan en las primeras sesiones”.
Explica que el costoso de atender un paciente de mama, sin seguro, por ejemplo, está por encima de los cuatro millones de pesos, a lo que suma los aportes adicionales que le dan a esa persona para que pueda recibir el tratamiento y continuarlo.
Ofrecen ayudas para asegurar alimentación y la movilidad para llegar a las sesiones y chequeos médicos.
“Es una ayuda integral. Inmediatamente el paciente inicia un tratamiento, tenemos que garantizar la continuidad y término del mismo, y para eso tenemos que incluir todas las ayudas que sean necesarias. Si el paciente no tiene como venir hasta aquí, independientemente haya que pagar 2,000 pesos diarios por un transporte o cada quimio, sea hace”, sostiene.
También cubren los gastos de los estudios que se realizan fuera del Oncológico, con frecuencia se realizan visitas domiciliarias para ver su entorno del paciente al que le proporcionan incluso, ayuda en caso de fallecimiento, cubriendo pago de nicho y ataúd.